La convicción de que los problemas de bienestar emocional están firmemente relacionados con la brutalidad no tiene ninguna premisa lógica.
No es un hecho que los individuos con problemas mentales sean más contundentes o estén más predispuestos a realizar manifestaciones feroces o criminales que los individuos sin estos problemas.
Tampoco es genuino que sean peligrosos para la sociedad. A decir verdad, ocurre con más frecuencia que estos individuos sean supervivientes de hostilidad, abuso y maltrato que que sean responsables de una manifestación viciosa.
Las ocasiones irregulares en las que un individuo con un problema psicológico comete demostraciones de brutalidad, ya sea hacia sí mismo (contando la autodestrucción) o hacia su familia o clima social, se deben predominantemente a que este individuo no recibe prácticamente ninguna consideración o respaldo. Esto ocurre en algunas ocasiones incluso a pesar de haber realizado intentos por su parte o por la de su círculo más cercano para adquirir servicios médicos.
Para ello es fundamental que, en el ámbito del bienestar, se realicen encuentros individuales e incesantes en el tratamiento sorprendentemente con problemas mentales.
En el círculo social y social, los medios de comunicación realmente deben cubrir los temas de bienestar emocional desde una perspectiva positiva y no excluyente.
Ya que relacionar las ocasiones feroces con los problemas mentales no sólo es falso en la mayoría de los casos, sino que además propaga la idea de que las personas con problemas mentales son viciosas, contundentes y actúan sin sentido.